Por transmitir a viva voz junto
con los de tu calaña,
que todo el mundo lleva un dos
y atrás un cero en las entrañas.
Por todo esto el manifiesto de nuestra
eterna gratitud, por esta fiesta de actitud que nos ha vuelto pastilleros.
Y aunque te cueste abandonar el manto noble de humildad que cubre el alma de los grandes, sabe que el rock no olvidará que alguien luchó por su lugar y se llamó Piti Fernández.